INTRODUCCIÓN
Este posteo esta hecho en base del discurso que protagonizó la Presidenta en el día de ayer con motivo del festejo de los 25 años del diario Página 12. La razón se encuentra justamente ( como el título indica ) en encontrar conceptos de los cuales pido el máximo esfuerzo para alejarnos de la opinión formado sobre la persona en cuestión, en este caso la presidenta. Pero porque pido esto, para que el esté de acuerdo o no con su gestión, para enriquecer un pensamiento crítico. Para tener voces, más allá del carácter de dirigente político, me parece interesante desde el punto de vista como formador de nuestra propia opinión. Siempre estuve muy en desacuerdo con la palabra ``apolítico´´ es imposible ser apolítico dado que si uno no esta de acuerdo con nada está ejerciendo una actitud como también una opinión ya que es una clara definición ( no soy nada, por ende ``soy´´) , pero voy a ser benévolo con la palabra y los conceptos (de los tantos que podemos encontrar en varias corrientes de pensamientos, los mismos que hacen a las formaciones de opinión de todos y cada uno, más allá del resultado final que personalmente se le de a esa corriente ) que vuelco en este posteo van bajo un manto entendiendo que pese a la diversidad de opiniones, hay puntos claves, opiniones dadas desde una unanimidad, porque a partir de ese punto de concepto saldrán las opiniones, desde el caroso del asunto pasaremos a expresarnos sobre cualquier tipo de cuestión. Para tener una opinión fundamentada es clave esta cuestión de donde uno se apoya, se respalda, por ende y tratándose ni más ni menos que de una dirigente a nivel presidencial, creo sumamente válida esta corriente dentro del canal de formación, repito para dejar bien en claro, más allá de las elecciones que cada uno haga.
UN CÓDIGO NOS COMUNICA TÁCITAMENTE, NOS
UBICA EN UN MISMO CANAL, PERO CON CORRIENTES DIFERENTES QUE ENRIQUECEN EL
DEBATE, POR CONSECUENCIA, LA
CONSTRUCCIÓN.
Contraseña de identidad, que no
significa, ojo, pensar exactamente igual, son discusiones,
debates. Al contrario, la contraseña de la gente que nos gusta debatir, que nos
gusta argumentar, es como un ADN que llevamos adentro. Pero no son discusiones
banales, no son discusiones que tengan que ver con lo que uno a diario por allí
está escuchando, son discusiones y verdaderas batallas culturales
Yo creo realmente que es la coherencia,
el defender lo nacional, el volver a no sentirse avergonzado de decir “nación”,
“patria”, porque en algún momento hasta decir nación, patria o popular podía
identificarte en una suerte de medio nacionalista con zeta
EL AMOR LE GANA AL ODIO
Hemos protagonizado grandes gestas
populares y yo me siento muy orgullosa de formar parte de este colectivo, de
este proyecto nacional, popular y democrático, que es un proyecto de reparación
de valores, de reparación de derechos, que nos ha costado muchas cosas, en
términos personales, que nos ha costado agravios, descalificaciones, cosas que
tienen que ver con el odio. Porque no tienen que ver con la política ni con las
diferencias ideológicas, que son naturales y que es bueno que haya en todas las
sociedades.
Cuando vos los ves vociferar y abrir
esa boca como gritando, con odio... Yo ni siquiera vi así a las Madres y a las
Abuelas, cuando estaban buscando a sus hijos. Yo me acuerdo de esa imagen que
recorre el mundo todavía y que está en todos los documentales, cuando les
preguntaban los periodistas y ellas decían: “Señor, solamente queremos saber
que nos digan dónde están nuestros hijos”. Y no era ese gesto de odio, no me
quiero referir a quiénes, pero todos sabemos de qué estoy hablando. Y no era
odio, porque en realidad lo que las movía era el amor, por eso no tenían odio y
por eso sus expresiones eran de pregunta, eran inquisitivas, eran de
interpelación, pero no eran movilizadas por el odio, eran movilizadas por el
amor, el amor a sus hijos, qué amor más grande que el amor de una madre por un
hijo, qué sacrificio más grande el de una madre por un hijo. Y estas Madres y
estas Abuelas que han sido paridas por sus nietos y por sus hijos en esta
Argentina, que también ha sido parida por esos 30 mil desaparecidos.
SABER EQUIVOCARSE ES EL MEJOR ACIERTO
En nuestra juventud, aprendimos una
cosa: solamente te pueden vencer cuando has decidido no seguir luchando; ése es
el único momento cuando uno se siente vencido. Y eso fue lo que aprendimos
cuando fuimos muy jóvenes y lo aprendimos no de los aciertos, sino de los
errores, que son los mejores aprendizajes: de las equivocaciones y de los
desaciertos es cuando más docencia se hace y cuando más doctrina se adquiere.
EN
LAS BUENAS…Y EN LAS MALAS MUCHO MÁS.
Nunca sentí la tentación o las ganas de
irme del lugar en el que estaba. Soy de las que creen que hay que pelear en el
lugar donde uno ha tenido las ideas, porque si no tendríamos 28 millones de
partidos políticos y esto debilita, fundamentalmente, la democracia.
Ninguna militancia construye aislada de lo que pasa en la
sociedad, ni ninguna sociedad puede construir si no tiene –y no voy a
pronunciar la palabra maldita, “vanguardia”, por Dios, ni se me ocurriría
además hacerlo–, si además no tiene los dirigentes. Y ésta era siempre mi
discusión con muchos. Algunos se creían dirigentes porque estaban sentados en
una banca de senador, de diputado, de gobernador, de intendente o de
presidente, pero para mí el dirigente –como su nombre lo indica– es el que
orienta y marca el rumbo hacía dónde ir, aun cuando la mayoría de las voces
dice que hay que ir por ahí para otro lado; ésta es la virtud del dirigente, y
ésta es la posibilidad cuando se encuentra una sociedad cansada, hastiada, como
aquella sociedad del 2001, con dirigentes que pueden marcar un rumbo y que lo
marcan no desde la genialidad, sino simplemente desde la interpretación
histórica de lo que han sido los 202 años de historia, o menos, en ese momento.
Porque una de las claves es cómo nos robaron la historia y fundamentalmente
cómo nuestros jóvenes... Hoy yo estoy muy contenta porque los principales best
sellers en materia literaria son precisamente libros históricos, libros que
abordan temas históricos. Y esto revela un interés entre los argentinos por
conocernos a nosotros mismos. Porque todos tenemos –de un modo u otro– la
percepción de que las cosas que nos han dicho no eran tan como parecían, no
eran tan ciertas y que por lo tanto tenemos que indagar para construir nuestro
propio conocimiento.
TARDA EN LLEGAR, Y AL FINA…HAY
RECOMPENSA
El mundo hoy es una ebullición, hoy es
un inmenso caldero. No sé qué comida saldrá, si la sopa saldrá buena o mala,
pero está en ebullición y se está cocinando algo. No tengan la menor duda de
que estamos ante un cambio de época sin precedentes o con los precedentes que
hemos conocido en la historia. Saber interpretar, decodificar y,
fundamentalmente, seguir representando los grandes intereses, que muchas veces
son los intereses de las absolutas mayorías y muchas veces también, como yo lo
dije en otras oportunidades, hasta los intereses de los que no están de acuerdo
con uno por prejuicios culturales.
Nos han podido muchas veces derrotar
política y económicamente porque antes nos vencieron culturalmente. Por eso, lo
de la batalla cultural no es una forma elegante, literaria, intelectual de
abordar el verdadero problema de la Argentina. Hay una verdadera batalla cultural.
Porque además sabemos que las ideas se
convierten en política cuando las podemos llevar a cabo y las vemos plasmadas.
Si no, son apenas ideologías; ideología tenemos todos, pero lo importante es
poder llevar esas ideas a la práctica con resultados concretos y que esos
resultados puedan ser disfrutados, incorporados, incluidos, empoderados por el
conjunto de la sociedad.
``Quizás quisiste decir….´´( Google dixit )
Ya no hay humo, que ya no hay café, ya
no hay griterío porque están las computadoras. Y también alerta, en definitiva,
es una llamada. Yo lo vi como un llamado de alerta también aquel periodismo
artesanal, y contra los peligros de un “googleado” permanente.
Yo no “googleo”, yo leo y agarro los
libros y voy a la historia y la verdad que es un ejercicio impresionante porque
además, con esto también de “googlear” nunca sabés qué intereses hay atrás. El
libro sí, te permite saber quién lo escribió, qué es lo que hizo, de dónde
viene y entonces poder formular tu propio juicio acerca de lo que te dicen.
Cuando vos estás en Google no sabés al que escribió qué intereses lo
movilizaron, si es cierto, si es mentira. Es cierto, es todo un peligro, es
todo un desafío para el periodismo. Yo no voy a hablar de periodismo de
investigación, voy a hablar de periodismo, que es, en definitiva, el tener
información teórica para poder interpretar a través del pensamiento abstracto
la realidad. Y que no te la cuente nadie y darle esa versión, esa
interpretación al conjunto de la sociedad.
EL AMOR LE GANA AL ODIO (vol.2) ``NI OLVIDO NI PERDÓN. JUSTICIA´´
Primero,
porque, tal cual lo dije en mi discurso como senadora cuando me tocó votar la
anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, porque había habido
una interpretación de algún otro senador, y yo la verdad que lo que agradecí
fue que durante todos esos años jamás pidieron pena de muerte, jamás pidieron
cosas extrañas. Y la verdad que tenían... Yo dije que yo no sé si hubiera sido
capaz, si me hubieran arrebatado un hijo, de hacer lo que hicieron ustedes.
Yo si pienso en Máximo, pienso en Florencia,
que me los hubieran sacado y no hubiera sabido dónde están, saber que los
torturaron y que los mataron y que los desaparecieron, la verdad que no sé si
me saldría ser tan buena, la verdad lo digo y lo dije ese día sentada en la
banca.
Y verlas a todas ustedes, siempre con
sus pañuelos y pidiendo justicia, pidiendo verdad y pidiendo memoria, sin
odios, y hoy concurriendo a los juicios de los genocidas, sin odios, sin
revanchismos, simplemente para que se haga justicia por el terrible horror del
terrorismo de Estado que sufrió nuestro país, me hace valorarlas muchísimo más.
Porque ustedes no gritaron, no se
hicieron las histéricas, no salían vociferando como salieron otros gritando,
insultando; nunca les escuché un insulto, nunca les escuché un agravio dirigido
a nadie, simplemente pidiendo justicia.
EL ORDEN DEL FACTOR NO ALTERA AL PRODUCTO.
La palabra “tolerancia” no me gusta; tolerancia me suena a
medio como “te aguanto porque no tengo más remedio, viste”. No, aceptar,
aceptar que hay diferentes, aceptar que piensan diferentes y que eso no los
convierte en enemigos, sino que los convierte en algo rico que también nos
enriquece a nosotros.